1. ¿Qué piensas que es necesario para que la mujer se integre plenamente y al máximo nivel en los organigramas directivos de nuestro país? ¿Pueden las mujeres liderar el deporte y las industrias deportivas paralelas a este, incluido el derecho deportivo? ¿Cómo?
En primer lugar, hace falta tiempo, ya que los cambios que, como este, suponen romper estructuras muy consolidadas, tienen un desarrollo lento. En segundo lugar, es preciso aunar los esfuerzos de todos los actores que intervienen en la coreografía deportiva (Estado, entes deportivos, sponsors, deportistas…). Y finalmente, como elemento esencial, se requiere un cambio de mentalidad, no solo en los hombres sino sobre todo en las propias mujeres, un empoderamiento consciente, una confianza en las propias capacidades.
Hay mucho talento femenino en el ámbito del deporte, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, y también en el derecho deportivo. Cada vez somos más y mejores, y esto sin duda puede llevar a que en un futuro no muy lejano muchas mujeres lideren el mundo del deporte por méritos propios y sin necesidad de acudir a cupos (como los exigidos por el CSD para otorgar subvenciones, por ejemplo) u otro tipo de discriminaciones positivas que, en ocasiones, a mi juicio, y si bien todavía son necesarias, lastran la deseada igualdad.
2. Formas parte del Consejo Ejecutivo de la Sección de Derecho Deportivo del Colegio de Abogados de Valencia. ¿Qué obstáculos has encontrado para alcanzar éste y otros puestos de responsabilidad? ¿Cómo ha sido tu camino?
Yo empecé mi andadura profesional en un despacho de abogados de Valencia, Ruiz-Huerta & Crespo, especializado en derecho deportivo y donde se tiene en cuenta tu valía y no tu género. Así que mi formación fue eminentemente práctica y en igualdad de condiciones con mis compañeros; y las sucesivas responsabilidades que he ido adquiriendo han sido la consecuencia lógica del trabajo realizado en los más de veinte años de letrada ejerciente, en los que he podido desarrollarme “casi” sin cortapisas por ser mujer.
La sensación que yo tengo es la de que, en el ámbito del derecho deportivo, que cada vez atrae a más mujeres, la igualdad es mucho más real que en la gestión o la práctica deportiva. En general los clubes, jugadores y demás agentes deportivos no tienen ningún inconveniente en que una mujer gestione las cuestiones jurídicas en que puedan verse inmersos, si se ha generado con ellos el suficiente grado de confianza y creen en tus capacidades. Aunque, por supuesto, todavía se perciben algunos comportamientos culturalmente discriminatorios, como el del cliente que prefiere que su abogado sea hombre, simplemente porque le presupone una especie de “sabiduría de género”.
3. Muchas compañeras observan que las mujeres están discriminadas en la práctica deportiva, la dirección y la gestión del deporte. Desde el punto de vista del derecho deportivo, ¿percibes discriminación en las regulaciones deportivas de los diferentes deportes (nacionales e internacionales), el régimen laboral de sus profesionales y -sobre todo- en su aplicación por los clubes y empresas? ¿A nivel jurídico, se confirma esa sensación de desigualdad?
Efectivamente, la ausencia de igualdad real en gestión, dirección y práctica del deporte es, desafortunadamente, un hecho incontestable. Especialmente significativa es la diferencia en los derechos laborales reconocidos a hombres y mujeres deportistas, si bien están comenzando a darse pasos en pos de la equiparación. Por ejemplo, el primer convenio colectivo de las futbolistas se firmó en el año 2020. A pesar de que fue un gran logro, adolecía de carencias que tratan de ser solventadas ahora con un nuevo convenio que se está negociando, con grandes dificultades para salir adelante. Ni siquiera se pretende (todavía es una utopía) la equiparación salarial con los hombres. Las peticiones son mucho más modestas (salario mínimo digno, visibilización en medios de comunicación, absoluta profesionalidad…) y van encaminadas a conseguir que no se pierda talento por falta de una adecuada cobertura, que las buenas deportistas no abandonen su pasión ante la imposibilidad de vivir de ella. Y, sin embargo, pese a lo modesto de las pretensiones, los obstáculos que las negociadoras se están encontrando son, por el momento, enormes.
Pese a todo, yo creo que hay esperanza, y se están abriendo muchas vías para avanzar en la igualdad real. En los últimos años se ha producido una aceleración del deporte femenino que se ha traducido, por ejemplo, (I) en la creación de la LIGA F, (II) en el fomento, por parte de los poderes públicos, no solo de la empleabilidad de mujeres en puestos directivos, sino incluso de la formación de las mujeres, con ayudas para el acceso a ciclos de FP relacionados con actividades físicas y deportivas, (III) en el incremento de los patrocinios relacionados con el deporte femenino, etc.
4. Eres experta en mediación y gestión de conflictos y participas con frecuencia en mesas redondas del deporte. ¿Cuál es tu receta para alcanzar la igualdad plena en el mundo del deporte? ¿El cambio de mentalidad de la sociedad? ¿Una mejor preparación profesional? ¿Apoyo público de los medios de comunicación y económico de los inversores para conciliar proyectos y contratos?
Ojalá tuviera la receta mágica, pero creo que no existe. Todo lo que mencionas es necesario para llegar a la meta. Y aún podríamos sumar otras variables como el incremento de la afición femenina, una legislación más igualitaria (la reciente ley del deporte da un paso en este sentido, a falta de desarrollo reglamentario…), etc.
Lo difícil, y ahí está el reto, es conjugar todo ello para ir avanzando a buen ritmo hasta el estado deseable de plena igualdad. Y quiero aclarar que, para mí, la igualdad plena no significa que haya el mismo número de hombres que de mujeres en puestos directivos o de gestión, sino que, para cada posición, se elija a la persona más capacitada, sea hombre o mujer, y que sus condiciones de trabajo o profesionales en cada posición sean idénticas con independencia de su género.
5. Cómo Docente en diversos Master de Derecho Deportivo en universidades y escuelas de negocios, ¿qué nos puedes contar del profesorado y del alumnado? ¿El derecho deportivo atrae de igual manera a hombres y mujeres? ¿Con qué expectativas acuden a los Master los alumnos? ¿Piensas que ellas pueden ver en ti un modelo femenino de éxito profesional?
El derecho deportivo, como rama jurídica, y la gestión deportiva, están en auge. En los últimos años están proliferando los Masters y cursos que tratan de enseñar al alumno las bases de la práctica deportiva, las claves de la gestión en el ámbito del deporte profesional, y las especialidades de la rama jurídica referida al deporte, habiendo contribuido esta extensa formación a visibilizar a las mujeres y su lucha por la igualdad.
Sin embargo, si bien desde el punto de vista del profesorado no aprecio demasiada diferencia numérica entre hombres y mujeres, sí existe, por lo general, una clara desproporción de la mujer en el lado del alumnado. Para compensar, las mujeres que asisten a estos cursos tienen un empuje imparable, y están dispuestas a luchar por la igualdad siguiendo el camino ya abierto por las que le precedieron. En este sentido, sí es posible que vean en las mujeres que, como yo, compartimos nuestra experiencia con los alumnos, y hemos abierto una pequeña brecha en el patriarcado deportivo, un modelo a perfeccionar y del que partir.
6. En los últimos años el fútbol femenino ha experimentado un “boom” enorme. ¿Desde vuestro despacho consideráis que ese desarrollo del deporte femenino ha venido acompañado proporcionalmente de la presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad? ¿Las mujeres ejercen su liderazgo tanto en el deporte femenino como en el masculino?
El boom del fútbol femenino es un hecho. Si hay un deporte que encabeza el despegue del deporte femenino es el fútbol. Pero, al igual que ocurre en otros deportes, la inclusión de mujeres en puestos de responsabilidad es todavía escasa. Todos conocemos a algunas mujeres han llegado a lo más alto y están (o han estado) a la cabeza de organismos como el CSD (Mª José Rienda), de federaciones como la RFEA (Carlota Castrejana) o de asociaciones como la Liga Profesional de Fútbol Femenino (Beatriz Álvarez). Pero precisamente este protagonismo demuestra que no se ha generalizado el posicionamiento de mujeres en puestos elevados dentro de la estructura del deporte. Mi aspiración es que, más pronto que tarde, no sea noticia que tal o cual presidente o directivo es una mujer. Eso es la verdadera igualdad.
7. Según tu experiencia, ¿cuáles son las desigualdades más destacadas que detectas entre el deporte femenino y el masculino? ¿Y en el tratamiento contractual y social que se da a los/as profesionales del deporte?
La desigualdad con mayúsculas es la económica. Si se consiguiera una plena equiparación económica hombre-mujer, el resto de las desigualdades serían más sencillas de resolver. Pero, siendo realistas, el único camino real es el contrario: ir consiguiendo pequeños logros (mayor patrocinio, mayor presencia en medios de comunicación, etc.) que, baldosa a baldosa, nos lleven finalmente a la plena igualdad económica.
Y por supuesto no podemos olvidar la enorme desigualdad que nace de la maternidad. Si bien es cierto que se están adoptando, en distintos ámbitos, medidas para evitar que de esta feliz situación se deriven perjuicios para las deportistas y lograr la conciliación familiar (subvenciones públicas, ayudas de las federaciones, etc.), la realidad es que sigue constituyendo un lastre para la carrera profesional de las deportistas. Veamos si la adecuada aplicación de la nueva ley del deporte acaba definitivamente con esta desigualdad.
8. De cara a los próximos años, ¿qué avances quedan por conseguir en el derecho deportivo? ¿Cómo imaginas el futuro?
Los avances deben venir de distintos flancos. Hay que mejorar la formación de las mujeres deportistas, al tiempo que se lucha por más y mejores patrocinios, mayor cuota de pantalla para el deporte femenino, más fácil acceso a puestos directivos de las muchas mujeres sobradamente preparadas para ello, nueva legislación en contra de la discriminación por sexo, convenios colectivos garantistas, etc. Pese a las dificultades, el futuro del deporte femenino será brillante. No me cabe la menor duda.
9. ¿Cuáles son tus actividades o deportes favoritos para practicar y para ver como mera espectadora? ¿A quién elegirías tu deportista favorita y por qué?
Practico fundamentalmente disciplinas fitness (TRX, aerobic, pilates, …) y de vez en cuando juego al pádel. Como espectadora prefiero el fútbol, pero también disfruto con otros deportes como el tenis o el motociclismo.
Todas las mujeres deportistas merecen mi más profundo respeto, por la lucha diaria por la igualdad que su apuesta por el deporte les exige. Pero algunas deportistas añaden a esta lucha conjunta una lucha personal que hace más pesada la carga. Es el caso, por ejemplo, de Teresa Perales, nadadora paralímpica, premio Princesa de Asturias de los Deportes 2021. Su espíritu de superación, su formación y su trayectoria la convierten en un ejemplo a seguir.